«Muchas ciudades se están dejando llevar por la tentación de recibir cuanto más tránsito, mejor», ha afirmado Vicent Molins, autor de la obra Ciudad clickbait, en las XVI Jornadas de Sociología (IER-UR) ‘Miradas críticas hacia el turismo: repensar su impacto social y territorial’.
Vicent Molins ha explicado cómo «en las ciudades más grandes o más turísticas ha pasado antes y con una intensidad mucho mayor, pero esto es como una mancha de aceite, el reto comienza en el centro histórico y a partir de ahí va extendiéndose».
«Ocurre lo mismo –ha añadido– en la tipología de ciudades. Hay ciudades como Logroño, que quizá el reto ha llegado más tarde, pero el reto es igual de intenso y lo es por una razón muy concreta: en España, en apenas 25 años, hemos pasado de tener 40 millones de turistas a estar cerca de los 100».
A su vez, ha aportado el dato de que hace 40 años el 85 % de los destinos acaparaban todo el turismo mundial, mientras que ahora «es como el premio de la lotería, está muy repartido y los destinos están más saturados».
En este sentido, señala el reto para las ciudades de «ejercer de ciudad o dejará de serlo. Será una marca, un destino turístico, pero una ciudad es un lugar donde vive gente, no un operador turístico. No puede serlo», asegura.
«Una ciudad debe medirse por cómo le va de bien a sus ciudadanos. Debemos volver a hablar de PIB per capita, de facilidad para acceder a la vivienda...»
Así, ha señalado la importancia de «regular» y «ordenar el turismo», ya que «la ciudad tiene que tener en su agenda sus propios asuntos. Esto que parece muy obvio empieza a no ocurrir. Hablamos de temas de otros lugares, que no nos afectan».
Por tanto, insiste Vicent Molins, «recuperar esa agenda local es básico, es importantísimo para que podamos legislar en función de lo que afecta a quienes viven allí», además de que «tenemos que empezar a medir el éxito de nuestras ciudades a partir de otras cosas».
En este sentido, el autor de Ciudad clickbait asegura que «muchas ciudades grandes, pero sobre todo intermedias y pequeñas, han empezado a medirse en base a cuánta gente entra en sus aeropuertos, en su centro histórico. Esto es letal, no es el baremo».
«Una ciudad no es eso, una ciudad debe medirse por cómo le va de bien a sus ciudadanos», por tanto, asegura, «debemos volver a hablar de PIB per capita, de facilidad para acceder a la vivienda, de cómo de posible es desarrollar proyectos de vida… Ese el éxito o fracaso de una ciudad. Una ciudad debe garantizar que quienes viven allí progresan, si no es una buena ciudad», concluye.
Etiquetas
Categorías
Noticias relacionadas
«Muchas ciudades se están dejando llevar por la tentación de recibir cuanto más tránsito, mejor»
Roberto Molina, doctor por la UR, medalla de oro en el Eurobasket con Alemania
Actividades relacionadas