Una tesis doctoral revela la diversidad de las relaciones que entablaron las monjas de la España moderna (s. XVI al XVIII) y sus confesores, demostrando que no estuvieron basadas únicamente en la sumisión y la dependencia, sino también en la amistad, la confianza e incluso la colaboración entre hombres y mujeres.
Esta es una de las conclusiones de la tesis ‘Encuentros y desencuentros: el mundo religioso femenino, los confesores y la confesión en la España Moderna’ con la que Marta Jiménez Sáenz de Tejada ha obtenido el grado de doctora por la Universidad de La Rioja.
Desarrollada en el Departamento de Ciencias Humanas –en el marco del programa 681D Doctorado en Humanidades (Real Decreto 99/2011)– esta tesis ha sido dirigida por María Ángela Atienza López y ha logrado la calificación de sobresaliente ‘cum laude’ con mención internacional al título’.
Desde un punto de vista tradicional, los confesores eran los representantes de la autoridad masculina en los conventos y los que controlaban a las monjas, perspectiva que se reafirmaba a través del estudio de fuentes institucionales y de autoría masculina.
A través de nuevas fuentes y planteamientos, la tesis doctoral de Marta Jiménez Sáenz de Tejada ha permitido demostrar que existió todo un espectro de realidades, que estas relaciones fueron dinámicas, evolucionaron en el tiempo y que no solo implicaron a confesores y confesadas.
Así, aborda las respuestas que dieron estas mujeres religiosas y la forma en la que maniobraron ante conflictos y abusos para asegurar su bienestar espiritual: denunciando, buscando apoyos, ejerciendo como madres espirituales, etc., porque su papel también fue activo y fundamental en el desarrollo de estas realidades.
Un ejemplo de estas dinámicas internas y de las luchas que podían llegar a surgir en el interior de los conventos entre las propias religiosas y sus confesores lo ha localizado la doctora Jiménez Sáenz de Tejada en el convento comendadoras de Sancti Spiritus de Puente la Reina, dependiente de la diócesis de Pamplona.
En esta comunidad se atisba la división interna que se fraguó entre las monjas, parte de las cuales denunciaron el comportamiento de su vicario y confesor que, según sus testimonios, iba en contra los principios que debían regir las relaciones espirituales. Sin embargo, otra parte de la comunidad le defendía.
Precisamente, a través del estudio de este caso se destilaba la posibilidad de que el origen del enfrentamiento estuviese relacionado con las diferentes concepciones respecto a “ser monja”.
La identidad como comendadoras de Sancti Spiritus parecía chocar con el concepto que tenía el vicario sobre la vida religiosa femenina y las monjas utilizaron argumentos relativos a la confesión para justificar las denuncias que motivaron su destitución.
Las intervenciones en el gobierno interno de las comunidades, directa o indirectamente, también era motivo de denuncia. Dentro de las relaciones espirituales también se dieron luchas por el poder y la autoridad, así como también tuvieron cabida abusos de diversa índole.
La historiografía ha atendido aquellos de índole sexual, pero hubo otros que se alejaron de lo espiritual que debía determinar estas relaciones. Obligaciones de cuidado, de servicio, pagos económicos o en alimentos, regalos… también se existieron y fueron denunciados.
LAS RELIGIOSAS DE LA ESPAÑA MODERNA NO SE MANTUVIERON PASIVAS ANTE LA DIRECCIÓN DE SU VIDA ESPIRITUAL
El estudio de nuevas fuentes (legislativa, literaria, burocrática, tratadística, judicial, etc.) ha permitido constatar cómo estas relaciones espirituales incluyeron a una serie de actores más amplia.
Además del director e hija espirituales otras autoridades también participaron en el seno de las relaciones espirituales. Por ejemplo, superiores masculinos, ya fuesen autoridades de las órdenes religiosas o de la diócesis, también tenían un papel fundamental a la hora de gestionar y regular la confesión, al conceder las licencias necesarias, llevar a cabo los nombramientos, atender peticiones, etc.
La tesis se detiene en la gestión llevada a cabo por el obispo de Calahorra–Santo Domingo de la Calzada, entre 1751-1832 con la comunidad de Brígidas de Vitoria y la forma en la que desde la diócesis se gestionó su atención espiritual.
Desde aspectos burocráticos, relacionados con las licencias puntuales de nombramientos para confesores ordinarios o extraordinarios, estas fuentes mostraban también los debates en torno a la libertad de confesión, la influencia que los confesores podían tener en la expansión de devociones, los intentos de intervención de las religiosas en los nombramientos y también las tensiones que podían surgir al respecto.
Prioras y superioras también participaban en esta gestión, con funciones que iban más allá de la administración, ya que también debían velar por el bienestar espiritual de las integrantes de su comunidad, asegurándose de que los confesores fuesen adecuados y pudiendo llegar a intervenir en caso contrario.
La tesis de la doctora Jiménez Sáenz de Tejada analiza cómo las relaciones consideradas espirituales no se limitaron a la atención en aras de la salvación y al cuidado espiritual, sino que desbordaron los límites de esa espiritualidad original y afectaron también a los contextos no espirituales, tanto dentro como fuera del claustro.
Las religiosas de la España moderna –comprendida entre los siglos XVI y XVIII– no se mantuvieron pasivas ante la orientación de su vida espiritual, sino que también participaron en ella y la moldearon de acuerdo con sus objetivos y en la medida que las circunstancias de cada caso particular lo permitieron.
Analizar cómo las mujeres también participaron en la dirección espiritual sin la presencia masculina es una de las principales aportaciones de la tesis. Ellas tuvieron otros canales de actuación y de respuesta, llegando incluso en ocasiones a darse inversiones en los roles establecidos con sus directores, actuando ellas mismas como sus confesoras.
MARTA JIMÉNEZ SAÉNZ DE TEJADA
Marta Jiménez Sáenz de Tejada ha desarrollado su investigación doctoral con una ayuda FPU del Ministerio de Universidades y ha disfrutado de dos estancias investigadoras en la Universidad Complutense de Madrid (2020) y en la Università Roma Tre de Roma (2021), ambas con ayudas para Estancias Breves y Traslados Temporales de la Universidad de La Rioja.
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