La sesión también incluyó un viaje al mundo de la bioluminiscencia, centrado en los calamares luciérnaga, capaces de producir luz de forma natural, trabajando con ejemplos reales de compuestos luminiscentes de platino e iridio, observando cómo emiten luz tras absorber energía.
Para ilustrar este tipo de luminiscencia, pero de forma química, se realizó la clásica reacción del luminol, apreciando el característico brillo azul que aparece en los procesos de quimioluminiscencia.
A continuación, los participantes llevaron a cabo una disección completa de un calamar común destinado a consumo, identificando su anatomía externa e interna. Con ayuda de una lupa digital, pudieron observar en detalle estructuras como el pico, la pluma, los ojos, el estómago, la bolsa de la tinta y otros órganos, además de aprender a determinar el sexo del animal.
La actividad permitió conectar los fenómenos luminosos estudiados con la anatomía y adaptaciones biológicas de estos invertebrados marinos, integrando observación, experimentación y análisis crítico.
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