Marina Corral Bobadilla ha obtenido el título de doctora por la Universidad de La Rioja con una tesis que desarrolla un método para ahorrar agua y eliminar de forma parcial el ácido isocianúrico -un aditivo químico que se incorpora para estabilizar el cloro- en las piscinas. La tesis, elaborada en colaboración con Laboratorios LAC de Calahorra, le ha valido la calificación de sobresaliente ¿cum laude¿ por unanimidad.
El consumo de agua de red en piscinas se debe, principalmente, a dos factores: pérdidas por evaporación y acumulación de ciertas sustancias químicas. Dentro de este último factor, se encuentra el ácido isocianúrico (ICN), objeto de la presente tesis doctoral.
La concentración de ICN acumulado en piscinas, como consecuencia de la desinfección del agua mediante derivados organoclorados, no se puede eliminar mediante un tratamiento físico-químico convencional. El ICN se acumula al cabo de las semanas de tratamiento y el exceso en el agua puede ser perjudicial para la salud, además de impedir que el cloro actúe eficazmente. El nivel de ICN en piscinas debe mantenerse entre 25 y 75 mg/l y las asociaciones de salud pública recomiendan que la concentración nunca exceda de 100mg/l.
Para mantener o llevar el agua por debajo de este umbral, hay que purgar y renovar una parte de ésta, cada cierto tiempo. Por ello, los distintos reglamentos higiénico-sanitarios de cada provincia exigen realizar una purga y renovación diaria del agua del vaso, que suele estar en torno a un 5% del volumen total de la piscina, cantidad que en determinadas comunidades autónomas puede ser aún mayor.
El objetivo principal de la investigación se refiere a un método y a un procedimiento que permite la eliminación parcial del ICN acumulado en el agua de las piscinas con el fin de conseguir un ahorro considerable de agua. El método consiste en su eliminación mediante la dosificación de melamina y la formación de un complejo no soluble fácilmente eliminable por filtración.
Este sistema de eliminación parcial de ICN del agua de las piscinas consigue una reducción del consumo de agua de red, al no haber necesidad de realizar purgas sucesivas. Además este tipo de dispositivo se puede instalar en los actuales sistemas de filtración-depuración existentes en las piscinas. Si se elimina el ICN y se evita esta renovación del agua, se podría conseguir un ahorro diario de 6.000 millones de litros en España, además de la eliminación de un vertido y un elevado ahorro energético y medioambiental.
Esta investigación se ha llevado a cabo en colaboración con Laboratorios LAC de Calahorra.