Rafael Álvarez García ha logrado el título de doctor por la Universidad de La Rioja con una tesis sobre el tratamiento de fangos en la Estación de Tratamientos de Agua Potable de Logroño con la que ha estudiado el diseño, la construcción y los consumos energéticos de la línea de aguas consuntivas instalada en Logroño en 1993, y que permite el aprovechamiento de unos 2,5-3 Hm3 al año: la cantidad necesaria para regar el equivalente a unos diez campos de fútbol.
Dirigida por el profesor Eliseo Pablo Vergara, el trabajo de investigación doctoral de Rafael Álvarez se ha prolongado por espacio de cuatro años -más otros tres de estudio de los procesos de potabilización- para conocer los fangos de las aguas potables y su caracterización, la recirculación de lodos en los tratamientos de aguas, su deshidratación y el proceso de fangos.
El objeto de una planta de fangos es reaprovechar las aguas usadas o consuntivas, reducir el uso del agua y extraer lodos con posibles reaprovechamientos (rellenos, cerámica, etc.) que evitan colapsos en canales o conductos de aguas debajo de la instalación e, incluso, trasvases ilegalizados.
En su tesis doctoral, Rafael Álvarez estudiado los lodos y la dosis necesaria polielectrolito para mejorar la sequedad reduciendo el coste por transportes de lodos y el consumo de energía en las bombas de desplazamiento positivo del proceso.
Los procesos de potabilización necesitan desechar parte del agua recogida en el río por ser portadora de una cantidad considerable de lodos. El barro extraído se deshidrata y puede emplearse para elaborar cemento clinker, fabricar ladrillos, relleno de caminos, etc.
Esas aguas consuntivas filtradas se recuperan y se revierten a la cabecera para su tratamiento como agua de boca o, como se está llevando a cabo de manera singular en Logroño, se emplean para el riego de jardines.
Desde la Estación de Tratamientos de Agua Potable Río Iregua de Lardero se cogen esas aguas consuntivas clarificadas y se llevan hasta los parques de la zona sur de la capital. El desnivel existente entre la ETAP y la ciudad evita la necesidad de sistemas de bombeo, ya que la presión resulta suficiente.
Eso redunda, además, en un importante ahorro energético. Este sistema permite en Logroño el aprovechamiento de unos 2,5 a 3 Hm3 al año, es decir, la cantidad necesaria para regar el equivalente a unos diez campos de fútbol de forma constante.
Uno de los objetivos de su trabajo para la tesis doctoral se centra en que el diseño, la construcción y los consumos energéticos de la línea de aguas consuntivas de Logroño instalada en 1993 -con un modelo similar al establecido en el resto de España-, se pueda optimizar no aplicando los mismos procesos destinados a las aguas residuales; frente a estas, en las aguas consuntivas la densidad del lodo es superior al 4%, lo que hace recomendable su retirada y posterior deshidratación.
En cuanto a la deshidratación, el estudio analiza y concluye cuál es el procedimiento más idóneo y la cantidad óptima de tratamiento aplicable al lodo, dependiendo de las características que presenta en cada momento. El agua tiene, según su procedencia y recorrido, una características propias, y arrastra a lo largo de su cauce un lodo diferente. En Tarragona, por ejemplo, es granítico y el de Logroño, en cambio, es calcáreo.
La tesis, por la que Rafael Álvarez obtuvo la calificación de sobresaliente ‘cum laude’, incluye un análisis de las plantas de agua consuntiva en España y su equipamiento, así como un inventario documental o chequeo de la situación técnica de la materia (aspecto éste totalmente novedoso).