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Inés Lozano Palacio obtiene el grado de doctora

Primer marco unificado de análisis y clasificación de la ironía

Inés Lozano Palacio define en su tesis el primer marco unificado de análisis y clasificación de la ironía.

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La ironía está presente en multitud de ámbitos y situaciones, desde un texto literario o una escena de nuestra serie favorita hasta el comentario de un amigo, un discurso político, o un anuncio de televisión; pero, ¿qué tienen en común?, ¿qué define la ironía?, ¿se pueden analizar todas las ironías con un mismo marco teórico?

Inés Lozano Palacio concluye en su tesis doctoral que existen una serie de elementos comunes a todo ejemplo de ironía y que es posible analizarlos con un único marco teórico que integra elementos de varias disciplinas que han trabajado sobre la ironía, principalmente la Pragmática, la Lingüística Cognitiva y la Teoría Literaria.

La tesis de Inés Lozano Palacio, titulada ‘A Scenario-Based Approach to Irony: Structure, Meaning, and Function’, desarrolla un marco analítico en el que caben tanto la ironía verbal como la situacional, propone una clasificación de tipos de ironía y explica la evolución de sus diversos usos a lo largo del tiempo.

Desarrollada en el Departamento de Filologías Modernas de la Universidad de La Rioja, bajo la dirección de Francisco J. Ruiz de Mendoza Ibáñez, ha obtenido la calificación de sobresaliente ‘cum laude’ con mención internacional al título.

Se trata de uno de los primeros estudios sobre la ironía que integra tanto la perspectiva lingüística como la literaria, aunando elementos de diversas disciplinas en el análisis científico. «Para este estudio hemos creado la primera base de datos con ejemplos de ironía y nos centramos en el análisis pormenorizado de 100 casos extraídos de diversas fuentes».

«La ironía -explica Lozano Palacio- es un choque de escenarios que da lugar a una inferencia actitudinal ajustable según contexto. En otras palabras, en ironía chocan nuestras expectativas sobre algo y lo que ocurre realmente, que las contradice. El ironista hace como si estuviera de acuerdo con sus expectativas y espera que el intérprete detecte su pose falsa. Ilustremos esto con un ejemplo. Si esperamos que haga buen tiempo, pero sale un día lluvioso y decimos con retintín: «vaya, qué buen día ha salido» estamos creando un escenario que contiene nuestra expectativa previa de que hiciera buen tiempo y que hacemos como si nos creyéramos, que choca con la realidad. A través de este choque transmitimos una actitud que en este caso podría parametrizarse como disociación o humor».

La ironía puede ser verbal (la que expresamos con palabras, como en el ejemplo anterior) o situacional (la que se produce ante una situación que encontramos, por ejemplo, el incendio de un parque de bomberos). Ambas, según la investigación, son el mismo fenómeno, manifestado de distintas formas.

La doctora ha analizado estos elementos en un corpus de casos de ironía pertenecientes a diversos registros, contextos y culturas, desde la tragedia griega de ‘Edipo Rey’ hasta la serie de televisión ‘Friends’.

Por ejemplo: «En el drama clásico -aclara Lozano Palacio-, muy comúnmente, la acción se encamina a un final trágico que el protagonista no se ve venir: cuando Edipo descubre que según la profecía matará a su padre y se desposará con su madre, intenta evitar que esto ocurra, pero sus esfuerzos por huir de su destino lo encaminan inexorablemente a que la profecía se cumpla».

«Encontramos ejemplos de ironía en mayor o menor medida en todas las épocas históricas -prosigue-. En la serie de televisión ‘Friends’, la famosa comedia de los 90, la ironía aporta humor a multitud de escenas, como el diálogo en el que Mónica pide a Rachel ayuda para ligar y Raquel contesta: ‘sí, claro, no habrá problema: trabajo en el sector de la moda, solo conozco a hombres heteros y disponibles».

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