José M.ª Aguirre Oraa, Defensor Universitario, ha presentado hoy, lunes 19 de diciembre, al Claustro de la Universidad de La Rioja su Memoria de actividades 2010-2011, en la que da cuenta de su actividad y señala recomendaciones y sugerencias para la mejora de los servicios que se prestan a los estudiantes y empleados.
Esta es la primera vez que José M.ª Aguirre Oraa presenta la memoria de actividades al Claustro, aunque al haber sido elegido el 14 de febrero de este año, el informe abarca tanto su actividad como la de su antecesora, Amelia Pascual, durante el curso 2010-2011.
A lo largo del pasado curso académico ha habido un incremento significativo del número de consultas con respecto a los años anteriores, al pasar de las 119 del curso 2008-2009 y las 139 del período 2009-2010 hasta 172; mientras que ha registrado 8 quejas (frente a las 14 y 11 de años anteriores).
Este curso no se ha realizado ninguna actuación de mediación (tampoco se realizó ninguna en el anterior, por 2 en 2008-2009) y tampoco se han realizado actuaciones de oficio (4 y 7 en cursos anteriores).
Los expedientes de consulta son de nuevo el procedimiento más utilizado, lo que permite resolver de manera satisfactoria un buen número de las consideradas «reclamaciones leves». En este grupo se encuentran también aquellas consultas que exigen una labor de asesoramiento e información en relación con los problemas planteados.
Respecto a las actuaciones de oficio, las acciones emprendidas por la UR a raíz de la intervención de la anterior Defensora Universitaria se han traducido en una serie de mejoras como una mayor concreción de los criterios de evaluación y el aumento del número de asignaturas que disponen de criterios precisos en este aspecto.
Además de la labor de asesoramiento, la Oficina del Defensor ha elaborado diez informes entre el 1 de setiembre de 2010 y el 31 de agosto de 2011, frente a los 38 del mismo periodo en 2009-2010 y los 27 del 2008-2009.
Estos informes contienen, de manera motivada, pronunciamientos sobre asuntos concretos planteados: actualización de planes docentes, seguimiento y control de la calidad de los títulos de grado, propuestas de corrección o modificación de normas de tribunales de evaluación, conciliación de estudios y actividad laboral.
Los estudiantes representan el 88% de los usuarios de la Oficina del Defensor y los profesores, el 12%; el Personal de Administración y Servicios no ha solicitado intervención alguna del Defensor. Éste ha constatado el aumento de consultas e intervenciones en los períodos de examen. La índole de los asuntos planteados sigue siendo muy variada, si bien los temas relacionados con la gestión académica y de matrícula (97 consultas) y con la evaluación del estudiante (37 consultas) constituye el ámbito en el que más se ha requerido la actuación del Defensor.
La memoria finaliza con una reflexión sobre el espacio social donde emerge y trabaja la figura del Defensor Universitario. «Surge, fundamentalmente, de una sociedad de ciudadanos ¿indica Aguirre Oraa-, una sociedad democrática en busca de mayores cotas de democracia y libertad. Y se ejerce a partir de tradiciones de libertad que aseguran el ejercicio de las libertades. La figura del Defensor Universitario -añade- debe inscribirse en la lógica de desarrollo del sentido utópico. La defensa de los derechos y libertades de todos los miembros de la comunidad universitaria significa que los humanos no nos plegamos a lo que existe sin más, a lo que está establecido de hecho, sino que intentamos extender el campo de lo que debería ser justo, de lo que habría que conseguir, de la justicia. Ésta es una gran tarea humana, quizás la mayor tarea humana. Y es una tarea universitaria, de todos los miembros de la Universidad», concluye el Defensor Universitario de la UR.
