Ridao acudió esta mañana a la Universidad de La Rioja para pronunciar la conferencia ‘Guerra y paz en el siglo XXI’. A su juicio, en este proceso regularizador «por primera vez se ha visto que el interés y el acento debe ponerse en el empleador».
«Se estaba dando una situación paradójica, que era que en un sistema casi de esclavitud, salvando las distancias, se perseguía al esclavo en vez de al esclavista. Con este sistema, las cosas cambian y la obligación se pone en el empresario, no sólo en el inmigrante», añadió.
A ello sumó que «se daba una forma de calificar las cosas que no era de recibo en un sistema democrático, es decir, se decía que había que acabar con los trabajadores ilegales, como si fueran una categoría personal, cuando de lo que había que haber hablado es de acabar con la contratación ilegal».
Consideró, por otro lado, «extraordinariamente peligroso» el hecho de asociar a la inmigración con determinados fenómenos, como la delincuencia o el integrismo. «Es perjudicial para el sistema democrático -dijo- porque en este tipo de sistemas, debe calificarse a la gente por lo que hace, no por sus pensamientos o creencias».
Por otro lado, se refirió a la situación mundial «en la que se está debatiendo sobre si poner por encima la paz o la seguridad». Recalcó que «si ponemos en primer término la seguridad, a lo que nos conduce es a la militarización del pensamiento, y, finalmente, a la militarización de la acción política».
«En esta tesitura, se habla de qué guerras son justas o injustas, o de qué medios son más eficaces que otros, siempre en el campo de la coacción», apuntó Ridao, quien contrapuso que «apostando por la paz en primer término, la fuerza militar se convierte en una medida más, y casi nunca la más conveniente».
Todo esto, en sus palabras, «no significa que paz y seguridad sean cuestiones alternativas, pueden coexistir perfectamente», al tiempo que aseguró que «los ciudadanos son perfectamente conscientes de las amenazas a los sistemas políticos, a sus bienes y a sus vidas, pero la tarea política debe ser no alentar esos miedos, sino resolverlos».
LA ONU Y LA GUERRA DE IRAK
Sobre estos planteamientos, defendió la actuación de la ONU en la guerra de Irak. «No fue un fracaso -dijo- a pesar de que no pudiera evitar la ocupación, porque respetó el Derecho Internacional, que no tiene aspectos punitivos. Lo que ocurrió fue que algunos grandes miembros no tuvieron voluntad de respetar ese Derecho».
PIE DE FOTO: José Mª Ridado, embajador de España en la UNESCO, y José Mª Martínez de Pisón, Rector de la UR.
FUENTE DE LA INFORMACIÓN: Agencia Europa Press.