La crema solar ideal debería tener una gran capacidad de absorber la radiación ultravioleta, disiparla en forma de calor y no generar residuos perjudiciales. Estas son, precisamente, las propiedades fotoprotectoras de los aminoácidos de tipo micosporina (MAAs, por su siglas en inglés), según ha demostrado el investigador de la Universidad de La Rioja Diego Sanpedro en un artículo publicado en la revista de la Royal Society of Chemistry.
El artículo con los resultados de su investigación se titula Estudio computacional de compuestos naturales fotoprotectores y se ha publicado en la revista británica Physical Chemistry Chemical Physics, editada por la Royal Society of Chemistry. Ha sido también seleccionado para la edición divulgativa de la revista Chemistry Word, con más de 40.000 lectores.
El estudio muestra los mecanismos que, a nivel molecular, permiten a los compuestos MAAs absorber de manera muy eficaz la radiación ultravioleta (UV) que llega a la superficie terrestre. Son capaces de disipar la energía luminosa en forma de calor y no forman sustancias tóxicas durante el proceso. Además, recobran su estructura inicial, no se degradan, por lo que mantienen las propiedades fotoprotectoras durante mucho tiempo.
Los aminoácidos de tipo micosporina (MAAs) son compuestos presentes en multitud de seres vivos, desde bacterias hasta algas, hongos y pequeños organismos marinos, y en latitudes que van desde los trópicos hasta la Antártida. «Esta presencia en organismos tan variados nos hizo pensar que tenían que tener alguna propiedad común», indica Sampedro. Y esa característica común es su capacidad para proteger a los organismos vivos de la radiación ultravioleta.
«Los MAAs -explica el investigador- ya habían sido estudiados desde el punto de vista biológico, y se intuía su capacidad fotoprotectora, pero hasta ahora no había estudios químicos que lo demostraran». La investigación se centró en uno de los compuestos de este tipo más sencillos, y sobre el que se tienen mayores datos: el palythine; con él se realizaron pruebas en distintas condiciones y medios, así como con pequeñas modificaciones estructurales.
Este ha sido, además, el primer estudio sobre este tipo de compuestos realizado por ordenador, lo que ha permitido analizar las reacciones y obtener un mayor nivel de detalle. «No sólo hemos comprobado lo que ocurre, sino también cómo ocurre, cómo el compuesto es capaz de disipar la radiación que le llega».
El artículo científico señala el posible uso de estos compuestos en cremas solares y otros filtros protectores. Para ello, sería preciso desarrollar muchos otros estudios pero, según indica Diego Sampedro, «los fotoprotectores basados en MAAs podrían suponer un avance respecto a las cremas y otros productos que actualmente se comercializan, porque tienen unas propiedades que los convierten en el fotoprotector ideal».
Los siguientes pasos en la investigación de Sampedro serán, por una parte, el estudio de los efectos que causa en la capacidad fotoprotectora de estos compuestos la modificación de su estructura química, y por otra la posible obtención de MAAs por síntesis química en el laboratorio, sin tener que recurrir a organismos naturales.