El bodeguero alfareño Álvaro Palacios ha afirmado que “el vino ecológico exige un mínimo de precio. Es muy costoso, tiene riesgo, mucho coste de trabajo y económico” en las XV Jornadas Universitarias del Vino Ecológico (JUVE), organizadas por Cultura Permanente, y celebradas en el Aula Magna del Edificio Quintiliano.
Las jornadas han sido inauguradas por Eduardo Fonseca Pedrero, vicerrector de Investigación e Internacionalización, y han contado, además, con la intervención de la doctora María Gloria Sáez Romo y la investigadora Saioa Legarrea.
En la intervención previa al inicio de las jornadas, el bodeguero Álvaro Palacios ha asegurado que "el vino ecológico es esencial, el 90% de los vinos clásicos son ecológicos", pero a cambio exige aclareos, "exige atención, a parte de los productos y herramientas".
Un esfuerzo que, no obstante, rinde porque “es un orgullo: los vinos tienen más trasparencia y pureza y, sobre todo, una gran aceptación. Todo lo que sea hacer un esfuerzo en el producto el cliente lo agradece; también el sector (los comerciantes, importadores y distribuidores) agradecen que uno esté detrás dándolo todo”.
En este sentido, ha señalado que “el vino ecológico exige un mínimo de precio, el precio final tiene que ser mayor de lo que estamos acostumbrados. Hay muchos miles de botellas baratas y ahí no puede encajar la viticultura ecológica ni convencional. Hay que subir el nivel y darle un empujón al vino más sencillo exigiendo todos (viticultores y bodeguero), porque vamos a un consumo menor pero más cualitativo”.
Todo lo que sea hacer un esfuerzo en el producto el cliente lo agradece; también el sector (los comerciantes, importadores y distribuidores) agradecen que uno esté detrás dándolo todo
Además, ha señalado que este esfuerzo debe darse “en cualquier segmento, aunque sea el vino de diario o de los bares, de tapeo. Incluso ahí debemos pagar un poco más para que todo esto encaje porque la viticultura ecológica es más cara”.
Sobre la propuesta de arranque de viñas, Álvaro Palacios ha asegurado que “en La Rioja hay mucha viña plantada donde no se debería plantar, hay suelos que no son aptos para hacer vinos de entraña, que tengan calidad, que transmita la espiritualidad del campo”.
Ha indicado que en España “el consumo era de 80 litros ‘per capita’ hace 30-40 años y ahora estamos en 14 litros y pico. Hubo años de gran alegría donde se plantó muchísimo, pero cada vez que plantas una cepa tienes que salir a venderla. Cuanto menos se arranque, mejor; pero para no arrancar hay que trabajar muy duro, pero muy duro. Muy duro es plantar, producir y comercializar. Hay que salir de tu casa, salir de viaje, volver…”
Finalmente, ha señalado que “hoy en día el vino es un producto de placer absoluto y cada vez que pones una cepa hay que pensar en el placer que vas a aportar. Si no tienes esta visión romántica todo acabará, porque el vino no deja de ser un artículo absolutamente tradicional donde lo romántico, lo apasionado, lo que es casi mágico y emocional es el vino”.
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- Dpto. Matemáticas y Computación, Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial, Facultad de Ciencia y Tecnología, Grado Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, Grado Ingeniería Informática, Grado Ingeniería Mecánica, Grado Matemáticas, Instituto de Investigación en Computación Científica (SCRIUR)