Las mismas han tenido por objeto incrementar la seguridad del edificio, mediante la mejora de la comunicación interna ente las diferentes plantas y espacios.
Esta comunicación se ha conseguido a través de la ejecución de dos escaleras de emergencia, una en cada ala del edificio. Estas escaleras están provistas además de un ascensor cada una, dimensionado para el número de usuarios, dejando fuera de servicio los antiguos.
Se mejora de esta forma la dotación de vías de escape en caso de emergencia, de forma que se pueda realizar una evacuación de los usuarios de manera rápida y ordenada de acuerdo con la normativa que resulta de aplicación a este tipo de edificios.
También se han mejorado las condiciones térmicas y de habitabilidad de los espacios centrales del edificio con orientación sureste. Se han sustituido los vidrios por otros de mayor aislamiento térmico, contemplando la instalación de un sistema autónomo de climatización para las plantas afectadas, así como una mejora de la iluminación de forma que esta sea más uniforme y genere un ahorro en el consumo energético.
Por último, se ha reformado el aparcamiento de vehículos realizando obras de urbanización en la zona delimitada por las calles Luis de Ulloa y San José de Calasanz y el propio edificio, incluyendo el derribo del edificio que albergaba el antiguo gimnasio.