El Grupo de Termodinámica Aplicada, Energía y Construcción (GI-TENECO) de la Universidad de La Rioja ha elaborado un estudio con los retos y principales líneas estratégicas que servirán de base para el futuro Plan de Energía de La Rioja 2015-2020.
El encargo ha sido realizado, a través de la Oficina de Transferencia de Resultados (OTRI), por la Consejería de Industria, Innovación y Empleo del Gobierno de La Rioja.
A partir de este estudio se inicia un proceso de consulta de participación con los diferentes agentes implicados en este ámbito. La primera reunión será con representantes de la Administración Autonómica, nacional y local, asociaciones empresariales y sociales, universidad, colegios profesionales, clúster así como empresas de transporte y distribución de energía y empresas relacionadas con el sector energético como productores e ingenierías e instaladores.
Asentado y apoyado en el marco europeo y nacional, el Plan Energético tiene un horizonte planteado en el año 2020 y prevé cinco líneas prioritarias generales que deben ser desarrolladas en el futuro:
1. Infraestructuras energéticas.- Las infraestructuras, en general, y la generación distribuida, en particular, con todas sus posibilidades forman parte de los servicios esenciales sin los cuales no puede funcionar una región, ni tan siquiera una empresa. Por ello, el estudio destaca la necesidad de disponer de infraestructuras que sean seguras, ampliables, de calidad, integradoras del territorio, que cohesionen la región para fomentar un crecimiento sostenible e integrador.
2. Ahorro y eficiencia energética.- Esta línea de ahorro y eficiencia energética puede aplicarse a todos los sectores económicos. El potencial de esta línea está en el ahorro que puede suponer para las empresas, administración y particulares, mediante la implantación de medidas que garanticen un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, especialmente, en lo referente al uso más eficaz de los recursos, empleando el conocimiento y la innovación. Estos planteamientos suponen, además, una clara ventaja medioambiental, con una mejora de la seguridad y de la dependencia exterior.
3. La energía como elemento de competitividad.- La energía es un factor muy importante para la competitividad de las empresas, generando mayores recursos para su mejor funcionamiento y estabilidad. La empresa funciona mejor, genera más recursos y puede contribuir al empleo, lo que significa que contribuye a un crecimiento integrador. El crecimiento sostenible se transforma en integrador, con las aplicaciones innovadoras de los productos y procesos, ayudando a la cohesión social y territorial. A nivel del propio ciudadano, todo lo que ahorre en energía servirá para disponer de una mayor renta y poder adquisitivo.
4. Energías renovables.- Las energías renovables son una clara apuesta europea. Su utilización mejora el ahorro y la eficiencia energética, pero además disminuye las emisiones de carbono de una forma espectacular, contribuyendo a la salud de las personas, a la mejora de la seguridad energética al depender menos del exterior, a disminuir las importaciones de petróleo y otros recursos. Además de la seguridad y de la mejora del medio ambiente, hay un factor dinamizador de la economía inteligente.
5. Sociedad y energía.- En esta línea se plantearían algunos aspectos diferenciadores del resto de las líneas, aunque interrelacionados. La mejora energética en favor de la sociedad y la implicación de aquella en los procesos energéticos forma parte del crecimiento integrador, con una cohesión social y territorial de mayor nivel y confianza.
Además, el estudio contempla dos líneas transversales a desarrollar: la transferencia de tecnología y conocimiento y las denominadas KETs (Tecnologías Clave Habilitadoras) para generar oportunidades de negocio en los diversos sectores económicos, en coherencia con los diversos planes estratégicos riojanos.