Investigadores de la Universidad de La Rioja y la Universidad de Oviedo han realizado un estudio que revela que las experiencias esquizotípicas fluctúan en función del sexo y de la edad en población general. A mayor edad aumenta la probabilidad de tener dichas experiencias y, mientras las mujeres presentan más pensamientos mágicos y estrés social, los hombres tienen dificultad para experimentar placer.
Eduardo Fonseca-Pedrero, doctor en Psicología y profesor del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Rioja, ha participado en esta investigación que ha analizado los factores de riesgo de esquizofrenia en población general adolescente.
El trabajo, ‘Expresión fenotípica de los rasgos esquizotípicos en población adolescente’, se ha publicado en forma de artículo en la principal revista de trastornos de la personalidad a nivel mundial Journal of personality disorders.
Para la investigación se realizó un test de cribado a una muestra de 1.600 estudiantes, de entre 14 y 18 años, escogidos aleatoriamente de 41 escuelas y 95 aulas.
El cuestionario, conocido como Esquizo-Q, tenía como objetivo analizar la esquizotipia, aquellas experiencias similares a las que presentan los pacientes con esquizofrenia pero que se presentan en la población general con menor intensidad, frecuencia y persistencia, y la adolescencia o temprana adultez es una etapa clave para conocerlas.
Una de las conclusiones obtenidas del cuestionario es que, en términos generales, los hombres presentan más dificultad para experimentar placer (anhedonia) en comparación con las mujeres, mientras que ellas tienen más pensamientos mágicos y desorganización social; unas diferencias entre sexos que, aunque de forma atenuada, coinciden con las que presentan los pacientes que tienen esquizofrenia.
Es decir, dentro del pensamiento no convencional, ellas demuestran tener más fantasías o supersticiones y tienden a estar ansiosas en ciertas situaciones sociales, al tiempo que las sensaciones placenteras que pueden producir una caricia o un paisaje carecen de intensidad para ellos.
Del trabajo también se desprende que este tipo de experiencias incrementan en función de la edad, por lo que hay más probabilidad de desarrollar la enfermedad a medida que ésta aumenta.
PREVENCIÓN EN SALUD MENTAL.- La salud mental se ha convertido en uno de los principales problemas en la sociedad actual y la esquizofrenia es el trastorno psicótico más grave. La esquizofrenia se desarrolla de forma gradual en el tiempo y empieza a manifestarse con síntomas o experiencias peculiares que aumentan la probabilidad de padecer el trastorno, sumados a otros factores de estrés ambiental y genéticos.
Así pues, el estudio de los rasgos esquizotípicos en población general adolescente permite detectar el riesgo para evitar o establecer líneas de actuación que puedan mitigar el desarrollo del trastorno psicológico. Los investigadores aseguran que, como en otras enfermedades, en ésta también se ha comprobado que si se previene e interviene antes mejora el resultado, porque la esquizofrenia tiene cura y sólo es para toda la vida en un tercio de los casos.
En el test Esquizo-Q hubo casi un 15% de adolescentes que presentaron indicios de riesgo y habrían pasado a una segunda fase de análisis con el fin de hablar del problema con las familias, mantener entrevistas individualizadas y someterles a otras pruebas para evaluar funciones cerebrales más complejas (atención, memoria) y/o habilidades sociales.
Sin embargo, el equipo formado por investigadores de la Universidad de La Rioja y de Oviedo lamenta no poder avanzar lo deseado en su línea de prevención y seguir el caso de los sujetos en el tiempo con este tipo de estudios dada la participación voluntaria de los menores y sus padres, y el carácter anónimo de los cuestionarios.