De la mano del profesor Miguel Ángel Muro, el poeta Manuel Quiroga Clérigo mantendrá un encuentro literario con los alumnos del primer módulo de la Universidad de la Experiencia a las 17.00 horas en el Aula 103 del Edificio Filología. A las 20.00 horas acudirá a La Gota de Leche para presentar el poemario ‘Leve historia sin trenes’ (Ediciones del 4 DE AGOSTO) en La Gota de Leche a las 20.00 horas (entrada libre).
Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945) es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología con una tesis doctoral sobre La crítica literaria como fenómeno sociológico. Es poeta, crítico literario, narrador y autor teatral. Es colaborador, desde 1964, en las principales publicaciones literarias de España e Hispanoamérica. Ha publicado los libros de poesía Fuimos pájaros rotos, Homenaje a Neruda y Vigía, entre otros. Premio Ricardo Vega 1991 su obra ha sido recogida en la 2ª Antología del Resurgimiento (Barcelona, 1980). En 1994, presentó el libro Poesía Contemporánea en Lengua Maya -compilado por su compatriota Jaime B. Rosa- en la Casa de Cultura de Calkiní.
El Seminario Presencias Literarias en la Universidad de La Rioja 2006 ha contribuido a dinamizar la actividad cultural que del campus. Por sus aulas han pasado, entre otros autores, Jesús Hilario Tundidor, Jesús Cuadrado, José Luis Puerto, Luis Antonio de Villena o, en una sesión extraordinaria, Rafael Azcona, quien abrió el programa general de Cursos de Verano de la UR’06 presentando su novela ‘Los europeos’.
LEYENDAS DEL VERANO
Zarpan las mariposas hacia algunos futuros olvidados.
Madrid, 12.6.05.
Va quedando la luna rezagada;
llega pronto la aurora iluminando bosques, ríos, valles.
¡Qué ironía trágica que de nuevo amanezca
mientras la muerte vil va engrosando su lista
con quienes sonreían en un ayer cercano.
Esa es la paz gloriosa que prometen ufanas las necias
[escrituras:
¿qué descanso y sosiego merecemos tras un tiempo
[de lágrimas?
Queda el olor activo y persistente de antiguos veranos,
de viejas melodías, relojes y alacranes.
Van surgiendo las gramáticas sucias y lejanas,
los pedazos de trigo desolados y quietos;
viejos puentes sobre el Ebro, el Cidacos.
En el momento ambiguo y perdurable en que duerme
[la tarde
sobre algún universo desolado e infame.
Surgen entonces de forma amanerada la noticia de
[sombra
poco heroica que hará de los veranos un ocaso.
Pero lluvias fugaces y penumbras inundarán las calles
revisando el dolor temporal de la agonía
y amamantando jardines y edificios.
Sólo tibios rincones colindantes permitirán temblores
a los relojes frágiles, olvidados, distantes.
Habrá una melodía omnipresente
inventando leyendas del verano. (62).