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Medios de comunicación escritos

Por María Pilar Perla Mateo

La labor del periodista científico es compleja. Debe tener espíritu crítico para saber valorar adecuadamente la información que recibe, ser prudente (para no caer en exageraciones, ni negativas ni positivas) y audaz a la vez, por la presión de la competencia. Tiene ante sí el reto de contar con claridad cosas que a veces son complejas, y debe ser claro sin perder rigor y sin aburrir. Además, el redactor tiene la obligación de presentar las noticias científicas en su contexto, y contar a sus lectores para qué sirve o podría servir determinado avance, cómo nos puede afectar, etc.

El espacio también limita mucho a la hora de lograr todo esto. Y también hay que ser conscientes de en qué condiciones y con qué tiempos trabaja el periodista. Todos querríamos documentarnos antes de una entrevista y tener al menos una mañana o siquiera un par de horas para prepararla. Pero la realidad, a veces (no siempre), es otra: el jefe te manda a la salida de la conferencia del científico famoso a arrancarle cuatro respuestas. Una conferencia a la que no hemos podido asistir, por supuesto. Qué distinto pasa con los deportes: el periodista va al partido de fútbol y luego hace la información.

Por eso, en este ‘reino de la velocidad’ en que se mueve el periodista es fundamental contar con la cooperación del científico.

¿Cómo es el día a día en la prensa escrita?

Vamos a asomarnos al día a día en un diario.

En prensa escrita el principal reto es conquistar un espacio en el periódico. Normalmente hay muchos temas y pocas páginas, así que no lo tenemos fácil. Cada día, las agencias envían al periódico cerca de 3.000 noticias. Hay que competir por el espacio. La principal tarea del periodista es siempre seleccionar: si se tiene capacidad de decisión, se elige qué noticias van en el periódico del día siguiente y cuáles no, y, de las que van, cuáles saltan a portada; la competencia a codazo limpio con los otros temas de actualidad hará que a esa noticia científica seleccionada se le dedique una página o un breve; el redactor selecciona también qué foto ilustra el artículo y qué idea va en el titular, un elemento que tiene la difícil misión de captar la atención de los lectores.

¿Cómo contacto con el periódico?

Para dar a conocer un tema, podemos hacerlo convocando una rueda de prensa o llamando directamente al medio. ¿Qué es mejor? Depende de la repercusión que queramos darle.

Si damos la información en rueda de prensa irán todos los medios (o no) y la información saldrá al día siguiente, en el espacio que haya, porque ninguno quiere quedarse detrás de los demás. Podemos tener suerte y que sea un día flojo de temas y nos puedan dedicar más espacio o no tenerla y que la cosa se quede en un breve. Es decir, seguramente la información saldrá en todas partes pero posiblemente más pequeña (a no ser que sea una noticia de gran calado). El científico pierde el control sobre qué y cuándo se cuenta. Decide la institución para la que trabaja, que será quien convoque oficialmente la rueda de prensa o emita una nota informativa. Tendremos la ventaja del poder de convocatoria de la institución.

Una estrategia para generar expectación mediática es asociar la presentación de un proyecto, por ejemplo, con una actividad, una demostración. Algo mucho más fotogénico y dinámico que un investigador hablando sentado tras una mesa.

Paleontología a pie de calle

Si se decide llamar a un solo medio de comunicación que tenga mucha repercusión local, por ejemplo, es más fácil que el tema se pueda tratar mejor, con más tiempo para prepararlo y sin la obligación de sacarlo al día siguiente sino tal vez en fin de semana (los domingos y los lunes son días buenos porque se leen muchos periódicos y, como en fin de semana la actividad se paraliza, es posible que haya más espacio para temas de este tipo). Es decir, en este caso, el tema sale sólo en un sitio pero seguramente mejor cuidado.

¿Cómo consigo que me hagan caso?

  • Tanto mediante rueda de prensa como contactando directamente con el medio, lo primero es conquistar al periodista: al exponerle el tema personalmente o en la convocatoria de la rueda de prensa. Luego, el periodista ‘conquistado’ tendrá que conquistar a su jefe. Hay que ‘vender’ el tema y para eso hay que buscarle un titular, una manera sencilla de enunciarlo, y con algún elemento que lo convierta en noticioso. Aquí no nos sirve el largo y preciso titular de una tesis o un proyecto, necesitamos algo claro y que despierte interés.
  • Y algo muy sencillo pero importante: si nos dirigimos al periodista por correo electrónico pongamos un ‘Asunto’ que haga que nuestro mensaje destaque en una bandeja saturada de informaciones.
  • Si hablamos directamente con un periodista hay que tener un poco de psicología ycontarle el tema pero no imponérselo; ya que es él quien, con su criterio profesional, decide si algo es interesante o no, y también si es más interesante que las otras cincuenta cosas entre las que tiene que elegir. Tengamos en cuenta que el que algo salga o no va a depender también muchísimo del contexto informativo de ese día: hay páginas hechas y acabadas que se tiran a la basura porque ha sucedido algo que desbanca los temas previstos.
  • Sobre todo, evitar ser pesados, informar en su momento y sin insistenciaporque normalmente se llevan muchas cosas entre manos y hay que estar seleccionando continuamente. No hay que cerrar nunca canales y dar facilidades al periodista. Por ejemplo, actuemos siempre con un poco de previsión para que pueda organizar su agenda; no se puede llamar para avisar de que viene a dar una conferencia un profesor que nos parece interesante entrevistar cuando sólo faltan unas horas para la charla y el ponente se va a continuación.

¿Qué necesita el periodista?

Si optamos por la rueda de prensa es importantísimo convocarla bien. Acudid a vuestros gabinetes de prensa o unidades de cultura científica para que la organicen. Una indicación que sirve tanto para rueda de prensa como para el contacto directo con el redactor es cooperar con él, tratar de hacerle fácil el trabajo.

Lo que interesa tanto al científico que emite la información como al periodista es queel resultado final sea un buen artículo. Un modo de darle facilidades es mandarle por mail, tras proponerle el tema, un texto con las ideas clave. ¿Cómo? He aquí algunas claves:

  • Un folio a lo sumo.
  • Muy importante: la conclusión, al principio.
  • Aplicando las recetas típicas: frases cortas, claridad, seguir la pirámide informativa:contar qué, quién, dónde, cuándo, por qué. En otras palabras: ir al grano y ser ordenado.
  • Al final, poner un teléfono y mail de contacto para resolver cualquier duda, estar disponible para aclarar, ampliar o matizar cualquier detalle.

Ese breve texto le servirá también al periodista para ‘venderle’ el tema a su jefe y que le envíe a cubrirlo. Y, seamos realistas, como es muy posible que el tema se quede confinado en un pequeño espacio, comencemos ese texto de apoyo con un párrafo corto que describa con claridad y corrección lo esencial que queremos comunicar. Tal vez sea lo único que se publique.

¿Cómo será la conversación con el redactor?

Al hablar con el redactor, es importante:

"Las hojas susurran sus propiedades por ultrasonidos", plataforma SINC

“Las hojas susurran sus propiedades por ultrasonidos”, plataforma SINC

Las preguntas

Hay que tener previsto que, si el interlocutor no está muy preparado, a veces no surgen las preguntas que uno espera. Pero hay una pregunta que saldrá seguro:¿para qué sirve? Tengamos lista una buena respuesta con el tiempo verbal tan futuro o condicional como haga falta.

Es función del periodista científico actuar como mediador entre el mundo de la ciencia y la sociedad, como intérprete a través del cual llegan al público los últimos descubrimientos y sus aplicaciones. Pero en el ejercicio de esta mediación debemos tener muy presente que el periodista está al servicio del público, no del científico. Muchas veces, ya que en ciencia se trabaja casi siempre desde la extrema especialización, el periodismo científico tiene también el papel de proporcionar una visión de conjunto que la audiencia pueda digerir. Por eso seguramente nos pedirá algo más, que ayude a contextualizar nuestra noticia concreta. Estemos preparados para hablar también del marco en que se encuadra nuestra investigación.

La obligación del periodista, siempre y más aún para ganar en calidad informativa al tratar temas de ciencia, es, simplemente, hacer periodismo: PREGUNTAR. No arriesgarse, sino comprobar, averiguar… Pocas cosas hay tan penosas como leer un artículo y ver que el que escribe no lo entendió. Por eso, como comunidad científica, que nunca os ofenda una pregunta. Es fundamental que el intermediario entienda lo que va a transmitir.

Imágenes

Un truco para tratar de conquistar ese famoso espacio en el periódico es entregar alguna imagen publicable (para papel prensa, a 200 ppp de resolución, conviene un tamaño mínimo de diez cm de anchura; en papel cuché, a 300 ppp; y siempre sin problemas de derechos de reproducción). Una información con foto demanda más espacio y, si la imagen es bonita, además atrae más al lector. Si no lleva foto, la información corre más riesgo de limitarse a una columna. Igualmente, se puede sugerir que el periódico haga una fotografía en nuestro laboratorio, siempre que tenga relación directa con el tema. También, si vemos que nuestra información ha despertado el interés del periodista, se puede proporcionar material para que los dibujantes del periódico hagan una infografía. Son puntos a favor para que el tema merezca un espacio más amplio.

¿Podré revisar el texto?

Dependerá del redactor y de las circunstancias. En un suplemento semanal o una revista se cuenta con más tiempo y, a veces, puede uno ofrecerse para revisar el texto antes de su publicación por si hubiera algún dato incorrecto. Si el redactor nos da esa posibilidad, lo oportuno es ser muy ágiles y limitarnos a señalar posibles errores, no podemos pretender reescribir el artículo, que firma su autor, que es quien establece las prioridades.

Si el artículo es para publicar al día siguiente, el tiempo nos pisa los talones. A veces, es literalmente imposible hacerlo o puede que la publicación tenga el criterio de no someter los artículos a revisión. Por eso es tan importante transmitir con claridad nuestro mensaje y, desde el principio, facilitarle el trabajo al periodista.

Hasta aquí, el periodista actúa como intermediario, pero información científica y divulgación conviven en muchos medios de comunicación. Tú también puedes animarte a ponerte directamente manos a la obra de la divulgación siguiendo los consejos que te ofrecemos en cómo redactar un artículo divulgativo.

Ideas clave

  • Nuestro objetivo es común: lograr que se publique un buen artículo, así que cooperemos con el periodista.
  • Enviemos un texto breve y claro con las ideas clave.
  • Al hablar con el redactor, tengamos claro qué queremos transmitir y contémoslo.
  • Debemos estar preparados para responder al indispensable “¿para qué sirve?”.
  • Que nunca nos ofenda una pregunta. Es esencial que el periodista disipe susdudas.
  • Proporcionemos material gráfico de calidad relacionado con el tema.
  • Podemos ofrecernos para revisar el artículo, pero es potestad del medio admitir la revisión.
  • Si se admite la revisión, señalemos únicamente lo que sea incorrecto. El orden de exposición y el estilo de redacción corresponden al profesional de la información.