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Medios de comunicación audiovisuales

Por Zuberoa Marcos

En décadas anteriores, los temas científicos han tenido serias dificultades para llegar hasta las parrillas de programación de radios y televisiones. En los últimos años, esta tendencia ha cambiado, si bien es cierto que aún quedan retos pendientes como el asalto al prime time y la popularización de los programas de contenido científico más allá de los canales temáticos y las cadenas públicas. Sin embargo, ahora, los investigadores disponen de potentes plataformas para trasladar los resultados de sus trabajos a la sociedad.

Los medios audiovisuales como fuente de ciencia y tecnología

En general, los medios audiovisuales no se caracterizan por su capacidad para comunicar mucha información ni para dar a conocer cuestiones complejas de forma muy detallada. Cuando pretenden informar exhaustivamente, muchos programas sólo consiguen frases confusas y aburrir al telespectador.

De los medios audiovisuales, la televisión es la que tiene, de lejos, mayor penetración. Un 83% de las personas recurren a ella para obtener información sobre ciencia y tecnología según la IV encuesta Nacional de Percepción social de la Ciencia y la Tecnología realizada en 2008 para la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

El dato es muy significativo. Si miramos los índices de audiencias de cualquier semana, los programas que ocupan las primeras posiciones del ranking son los reality shows, las series de ficción y los informativos. Los programas específicos de ciencia y tecnología son escasos y restringidos prácticamente a las cadenas públicas y los canales temáticos.

En los informativos, la cobertura de la ciencia difícilmente será como la de los deportes, la política u otras manifestaciones culturales como el cine, la música o las exposiciones de arte. Pero no hay que olvidar que los informativos marcan el ritmo de nuestra vida cotidiana y construyen parte de nuestra realidad social, nos dan los temas del café. Los informativos crean opiniones en las personas.

Científicos y periodistas, ¿dos especies diferentes?

Científicos y periodistas somos especies diferentes. Para mejorar la difusión de la ciencia en los medios de comunicación es imprescindible conocer cómo trabajan los periodistas y cómo se “fabrica” un telediario o un programa de ciencia en televisión. Algunos de los rasgos que definen a los científicos son:
  • Saben demasiado. Se preocupan mucho por los matices.
  • No distinguen entre lo que a ellos les interesa y lo que interesa al público.
  • No son conscientes de la cultura científica de la población
  • Son poco versátiles. No les gusta hablar de algo fuera de su campo. Se sienten incómodos. Piensan: “¿qué dirán los demás?”
  • No entienden a los medios.
En cambio, algunos de los rasgos que definen a los periodistas son:
  • Les falta paciencia. El tiempo necesario para comprender la noticia científica es mayor y están acostumbrados a otro ritmo de trabajo.
  • Ante nociones totalmente nuevas para ellos, confunden términos.
  • Ante una posible noticia, saben distinguir bien si es atractiva o tendrá impacto. Pero no si se trata de una burrada o una genialidad. O si es novedosa y qué impacto real tendrá. Su pensamiento es: “¡Ya tengo el titular!”
  • Tienen la costumbre de enfrentar opiniones de “igual” valor.
Hay que asumir estas diferencias y saber aprovecharlas. Del trabajo conjunto de científicos y periodistas, aportando cada uno lo mejor de sí mismos, se obtienen grandes resultados.

Radio vs televisión

Si mientras leemos estas líneas se descubriera vida en Marte o una vacuna eficaz frente al SIDA o se alcanzara un acuerdo internacional para frenar las emisiones de gases contaminantes, la radio sería, probablemente, el primer medio en difundir semejante avance científico.

La radio es un medio mucho más inmediato que la televisión a la hora de trasladar un mensaje. La radio utiliza como medio expresivo la voz para conectar con el público. La radio no tiene imagen y tampoco permite repasar lo oído, así que tiene que ser clara e inteligible. Para una entrevista radiofónica, el científico no siempre tiene que estar físicamente presente en la redacción de la emisora. Se puede hacer vía telefónica en el día y hora previamente acordados con el periodista. Llegado el momento de nuestra intervención basta con estar en un lugar silencioso con cobertura telefónica garantizada para poder recibir la llamada y que nuestras respuestas se puedan escuchar sin problemas.

Fragmento de entrevista a Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca (emitido en el programa A hombros de gigantes, de Radio Nacional de España)

“Una imagen vale más que mil palabras” es la premisa que impera en televisión. La televisión requiere más tiempo para elaborar cualquier discurso porque depende, irremediablemente, de disponer de la(s) imagen(es) relacionada(s) con lo que queremos contar. Esto exige una mayor dedicación e, inevitablemente, la presencia física del científico, ya que hay que grabar las imágenes de la entrevista. El día de la filmación habrá que cuidar especialmente aspectos como la imagen personal y el lenguaje corporal al expresarnos.

¿Qué hago cuando suena el teléfono y al otro lado hay un periodista?

Lo primero que tenemos que hacer es no ponernos nerviosos. Debemos mostrarnos educados y colaboradores con el periodista que, al fin y al cabo, sólo está haciendo su trabajo. El periodista, antes de llamarte, ha investigado a qué te dedicas y quiere invitarte a acudir a su programa o concertar una entrevista contigo porque tiene que elaborar una pieza (un reportaje, una noticia, etc.), y considera que tú eres la persona adecuada. De igual forma, durante la conversación telefónica, no tengas miedo de recopilar información sobre la persona que está al otro lado haciéndole preguntas del tipo:
  1. ¿Para qué medio trabaja? No es lo mismo que trabaje para una radio que para una televisión o para una cadena/emisora u otra.
  2. ¿En qué programa trabaja? No es lo mismo que lo haga en uno general o en uno de ciencia. En un espacio infantil, para adultos o para público general.
  3. ¿Qué es lo que quiere? Esto nos servirá saber si nuestro perfil es el más indicado para lo que el periodista quiere y, en caso contrario, podemos sugerirle otra persona.
  4. ¿Qué ha publicado? El periodista nos ha elegido por nuestro prestigio como investigador en una determinada área científica. No tengamos reparo en analizar trabajos previos del periodista que nos ha llamado.

Todas estas cuestiones van a condicionar cómo preparamos nuestro discurso, el tono y el nivel de complejidad que utilizaremos, si aceptamos la invitación del periodista. Si en el momento en que nos llama no tenemos tiempo para atender al periodista o no vemos del todo claras sus intenciones, podemos decirle, educadamente, que nos llame de nuevo o que lo llamaremos de vuelta en un par de horas o al día siguiente. No es conveniente demorarnos más porque entonces el periodista contactará con otra persona. Podemos aprovechar este tiempo extra que hemos ganado para informarnos sobre quién nos ha llamado. Cuando concertemos la fecha de grabación con el/la periodista, comienza el verdadero trabajo de preparar la entrevista.

PARA SABER MÁS