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Cómo organizar actividades y talleres

Por Ana Sebastián

En primer lugar debemos seleccionar aquellos temas que queremos divulgar. Para ello es necesario que tengamos en cuenta una serie de criterios que pueden facilitarnos el trabajo de la divulgación: relevancia social del tema, actualidad, vinculación al currículo que se desarrolla en los Centros Escolares, aplicaciones tecnológicas presentes o futuras, relación con la vida cotidiana... Aunque un tema de investigación puede resultar interesante por sí mismo, no debemos olvidar que nuestro principal objetivo es hacerlo lo más accesible posible al alumnado y para ello deberemos tener en cuenta los criterios que se han nombrado anteriormente. Un tema desconocido para el alumno y absolutamente abstracto es muy difícil que logre despertar su interés por conocer más sobre él o sobre la ciencia en general.

Por este motivo, si queremos contar una línea de investigación concreta, debemos intentar contextualizarla, aunque para ello debamos dar un enfoque más amplio a los contenidos. Así mismo, trataremos de buscar aplicaciones que puedan resultar cercanas, más aún si los alumnos pueden encontrarlas en su entorno cotidiano.

Por ejemplo podemos hablar de un tema como las técnicas neutrónicas a alumnos de bachillerato, e incluso de ESO, pero teniendo cuidado de ir construyendo nuestro discurso desde lo que ellos conocen, el neutrón (descubrimiento, propiedades, etc.), reforzando de esta manera lo ya estudiado y poco a poco llevarles hasta el uso de las técnicas neutrónicas para el estudio de materiales, dándoles ejemplos que les resulten fáciles (cómo ver qué hay dentro de una momia sin tocarla, el patrón de desgaste de un raíl de tren, etc.).

¿Qué queremos conseguir?

Otra de las preguntas que debemos formularnos son los objetivos que queremos alcanzar al realizar una actividad, ya que dependiendo de ellos la forma de desarrollarla será totalmente distinta.
  • Dar a conocer el trabajo de un investigador.
  • Despertar el interés / llamar la atención sobre el tema divulgado.
  • Ampliar el conocimiento del alumno acerca de ese tema.
  • Crear vocaciones científicas.
  • Vincular la investigación con aplicaciones a la vida cotidiana / acercar la ciencia.
  • Contribuir a la cultura científica del alumnado.
Movilab es una instalación itinerante de ciencia que permite realizar talleres interactivos en el interior de un camión

¿A quién vamos a dirigirnos?

Es importante conocer el nivel de conocimientos previos del alumnado al que vamos a dirigirnos ya que esto limitará el tipo y cantidad de contenidos que podamos abordar durante la actividad.

Podemos encontrarnos con dos situaciones distintas:

  • Cuando los alumnos a los que nos dirigimos ya tienen ciertos conocimientos sobre el tema, de manera que podemos tratarlos e incluso ampliarlos durante la actividad. Esta situación evidentemente favorece nuestro trabajo a la hora de divulgar, pero también limita el público al que podemos dirigirnos, ya que normalmente tan sólo alumnos de bachillerato y universitarios han visto los conceptos necesarios para poder comprender la mayoría de las líneas de investigación que se desarrollan.
  • Si es un tema nuevo para ellos o no tienen la base científica suficiente para comprenderlo en profundidad resulta mucho más complejo, ya que debemos ir construyendo los conocimientos del alumno poco a poco durante la actividad. También podemos simplificar los contenidos seleccionando la esencia de lo que queremos contar y tratando de mostrar ejemplos visuales y cercanos al alumno.
En cuanto a los talleres y experimentos, además deberemos tener en cuenta la dificultad que van a encontrar a la hora de manipular los distintos materiales, cómo van a trabajar (en grupos o individualmente), qué medidas de seguridad debemos adoptar, etc.

¿Se puede divulgar cualquier tema?

La única limitación que podemos encontrar es el nivel previo del alumnado, ya que es difícil que alumnos de Primaria puedan comprender la Mecánica Cuántica. Podemos divulgar cualquier tema siempre que seamos capaces de adecuar el nivel de la actividad, y de despertar interés sobre el mismo.

¿Es necesario renunciar al rigor científico?

Hacer más amena una actividad no tiene por qué implicar perder el rigor científico. Se trata de mantener la veracidad de los contenidos mientras simplificamos la forma de contarlos.

¿En qué tono debemos hablar?

No debemos usar tecnicismos incomprensibles para el alumno, que no van a aportar más o mejor información y pueden hacer que el alumno se pierda, sino un lenguaje sencillo pero riguroso. Nos dirigiremos a ellos siempre de manera directa, optando por un tono que no sea excesivamente formal, pero tampoco demasiado coloquial.

¿Se pueden incluir fórmulas o desarrollos matemáticos?

No debemos incluir fórmulas farragosas cuyo significado no puedan comprender con una breve explicación, no hay que olvidar que no se trata de una clase. Podemos incluir aquellas expresiones que sean necesarias para la comprensión del tema, pero teniendo en cuenta que si las conocen, deberemos recordarles cuál es su significado y qué vinculación tienen con lo que se está contando. Hay que tener siempre en cuenta lo que previamente conocen, ya que puede que su nivel académico esté muy por debajo de los conocimientos que serían necesarios para comprender ese tipo de expresiones. En este caso lo mejor es renunciar a ellas y tratar de explicarlo de otra manera (ejemplos, imágenes, simulaciones, diagramas, etc.).

¿Cómo mantener el interés de los alumnos durante la actividad?

Deberíamos empezar por poner un título atractivo a nuestra actividad, ya que siempre resulta más fácil mantener el interés si has creado expectativas sobre el contenido de la misma. También ayuda secuenciar los contenidos de manera que formen bloques de información independientes. De esta manera podemos introducir lo que se denomina plot points, que son preguntas, frases o imágenes destinadas a renovar su interés.

Otra técnica muy útil es la inserción de imágenes, vídeos o experimentos durante la actividad. Deben estar relacionados con lo que se trata de divulgar e insertados en la actividad de manera que ejemplifiquen lo que estamos contando. En caso contrario solo servirán para distraer su atención y les harán perder el hilo conductor de la exposición.

En los talleres puede ocurrir lo contrario, que la falta de exposición teórica les impida disfrutar de lo que están haciendo. Por lo tanto es fundamental que dediquemos un tiempo al principio para contarles qué tema van ver, qué importancia tiene, y qué es lo que se espera de ellos. Y también cerrar la actividad con una valoración del trabajo, discusión de los resultados obtenidos y resolución de posibles dudas o preguntas.

Podemos encontrar algunos ejemplos de actividades en la página web del Proyecto de Divulgación Científica del ICMA.

Unidad didáctica "La huella de Einstein"

¿Es preciso preparar materiales de apoyo?

Una de las preguntas que debemos hacernos es qué aprovechamiento se hace de las actividades de divulgación y qué queda en los alumnos tras su realización. Para obtener una mayor permanencia de lo aprendido o incluso aprovechar mejor el tiempo de actividad, pueden prepararse algunos materiales que los profesores antes o después de llevarla a cabo puedan trabajar con los alumnos, las unidades o fichas didácticas. Podemos encontrar varios ejemplos en http://www.proyectomovilab.es/publico/talleres.aspx.

También resulta útil completar la información con folletos de carácter divulgativo que puedan trabajar en clase, material multimedia, etc. Podemos descargarnos los pdf de unos cuantos ejemplos en la página web del Proyecto de Divulgación Científica del ICMA.

Para temas de Astronomía podemos encontrar gran cantidad de estos recursos en la página de divulgación de Instituto de Astrofísica de Canarias.

Unidad didáctica del Instituto de Astrofísica de Canarias, Lluvias de estrellas