Los discursos parlamentarios de Salustiano de Olózaga Almandoz

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PRESENTACIÓN

Salustiano de Olózaga (Oyón 1805 - Enghien-Les-Bains, París 1873) fue un relevante político español que desempeñó un importante papel desde posiciones liberales en la convulsa historia de la España del siglo XIX. Durante su dilatada carrera política, que se inicia en 1836 y se extiende hasta el momento de su muerte en 1873, fue elegido ininterrumpidamente parlamentario desde 1836 a 1873, formó parte de la Comisión que redactó las Constituciones de 1837 y de 1869, presidió el Congreso de los Diputados y el Gobierno de España, ejerció de embajador en París e incluso desarrolló cierta actividad ensayística (en el ámbito del derecho, la economía, la historia y la retórica). Sus discursos son, no cabe duda, un documento de primerísima mano para seguir y conocer la historia de la España del siglo XIX.

Su vida pública coincide, además, con la llamada "edad de oro" de la oratoria política española, "el siglo de la oratoria española", como lo llama Mª Cruz Seoane. Es la época de Cánovas del Castillo, Castelar, Echegaray, Moret, Sagasta, Ríos Rosas y tantos otros oradores calificados siempre de insignes, pero faltos, en la mayoría de los casos, de un análisis retórico general de sus discursos, que ni siquiera cuentan con ediciones accesibles y manejables.

A quien suscribe le cabe el honor de dirigir un equipo de investigadores que se ha acercado a los discursos parlamentarios de Olózaga desde la perspectiva del filólogo y del historiador. Gracias al apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación (Ref. Proyecto FFI2008-04419), del Ministerio de Economía y Competitividad (Ref. Proyecto FFI2011-23519), de la Universidad de La Rioja y del Instituto de Estudios Riojanos, los filólogos y los historiadores del equipo hemos llevado a cabo diversos estudios sobre Olózaga en relación con la historia política, la historia de los conceptos, la opinión pública y la retórica. Pero nos habíamos propuesto, al igual que ya hemos hecho con Sagasta (http://www.unirioja.es/buscasagasta/listados.jsp), hacer asequibles sus discursos parlamentarios tanto a los investigadores de la historia, como fuente de primera mano que son, como a los estudiosos de la retórica y de la oratoria, uno de los géneros literarios, como se ha dicho, más injustamente olvidados del siglo XIX español.

El primer y más importante resultado práctico de nuestro proyecto es, en consecuencia, esta colación y edición en formato electrónico de las intervenciones parlamentarias que Salustiano de Olózaga realizó entre los años 1836 y 1871; es decir, entre el año en el que es elegido diputado por primera vez y el último año en que tuvo presencia en el Congreso, antes de su definitivo traslado a París, donde moriría en 1873 como Embajador de España en Francia.

El objetivo ha sido facilitar al máximo la consulta de este tesoro documental con el fin de contribuir a la mejor comprensión de la brillante trayectoria política de Olózaga. Los investigadores y las personas interesadas, de acuerdo con sus ámbitos científicos o su curiosidad, podrán realizar todo tipo de búsquedas por medio del motor habilitado al efecto. Queremos dejar constancia aquí de nuestro agradecimiento a todos los que tan diligentemente nos han atendido siempre en el Archivo Histórico del Congreso de los Diputados y del Senado, al Taller Digital de la Universidad de Alicante, que ha realizado el trabajo técnico, y al Servicio Informático de la Universidad de La Rioja por su supervisión.

Refiriéndose a Olózaga, en fin, Francisco Cañamaque, contemporáneo suyo y privilegiado observador de la oratoria parlamentaria del momento, escribía: "Su aparición en la tribuna era saludada con un murmullo de agrado y simpatía. Levantábase sereno y majestuoso, digno sin ser afectado, sencillo sin ser chabacano. La misma robustez de su naturaleza favorecía sus prendas oratorias. Todos le veían y a todos dominaba. La célebre sonrisita que retozaba constantemente en sus labios, denotaba la ironía y el desdén que tanto resaltan en sus discursos. Al distinguirla el adversario, palidecía; los amigos, se regocijaban".

José Antonio Caballero López
Universidad de La Rioja